EL ARTE DE MANTENER HISTORIAS EN FOTOS

Marión Torres Quispe, Gerente General de Sandy Color
Por Héctor Mayhuire Rodríguez
Periodista
El olor a tinta y el constante sonido de las máquinas de impresión están grabados en su memoria. Vivió en ese ambiente de negocios constante y lleva en sus venas la sangre de empresaria independiente. Marión Torres Quispe es gerenta de Sandy Color, una empresa familiar de fotografía con una rica historia de 66 años, nacida en Juliaca, Puno, y con presencia en Cusco y Arequipa. Esta empresa fue fundada por su abuelo Leoncio, quien quería saber, por curiosidad, cómo se plasmaban las imágenes en papel utilizando una máquina que tenía su papá, entonces capataz en una hacienda en el altiplano.
«Mi abuelo quería saber más sobre fotografía, por eso siguió cursos vía correo y se matriculó en la escuela argentina Sandy. De ahí que el negoció adoptó ese nombre en 1958», refiere Marión, la tercera generación de su familia en asumir el liderazgo. Ella ha demostrado una habilidad excepcional para combinar la herencia con la innovación, revitalizando el negocio.
Tomó las riendas de Sandy Color en el año 2018, cuando su padre se retiró tras muchos años de dirigir la empresa con éxito y su madre enfermó. Con un pro – fundo respeto por el legado familiar y una visión clara para el futuro, llevó a la empresa a nuevas alturas, manteniendo su esencia mientras la adaptaba a un mundo en constante evolución.
La carrera de Marión en administración y diseño gráfico fue fundamental para su enfoque en la modernización de Sandy Color. Su formación académica le proporcionó una base sólida para gestionar la empresa de manera efectiva y creativa. Al asumir el cargo, se enfrentó al desafío de mantener la relevancia del estudio en un mercado que cambió drásticamente con el advenimiento de la tecnología digital. Uno de los logros más destacados fue la implementación de Sandy Pro,
una nueva línea de negocio dentro de la empresa dedicada a la venta de equipos audiovisuales. Este servicio fue diseñado para satisfacer las crecientes demandas de los clientes que buscan tecnología avanzada para sus proyectos fotográficos y audiovisuales, permitiendo diversificar sus servicios.
Bajo su dirección, la empresa incorporó una gama de servicios modernos que incluyen retoques fotográficos, recuperación de fotografías antiguas, conversión de fotos analógicas a digitales y la elaboración de impresiones de alta calidad. Estos servicios no solo responden a las necesidades de los clientes actuales, sino que también preservan el valioso patrimonio fotográfico que muchos buscan. «Contamos con 15 personas para atender los pedidos, sobre todo en fechas especiales y de gran demanda, como festivos, fin de año y fiestas de promoción», precisa.
El enfoque de Marión en la capacitación es también un aspecto crucial de su gestión. Reconociendo la importancia de mantenerse al día con las últimas técnicas y tecnologías, implementó programas de formación para personas vinculadas a la fotografía, con expertos de reconocida trayectoria, como Luis Morales Tineo, quien se dedica al rubro gastronómico.
«Estas capacitaciones aseguran que los fotógrafos estén bien equipados para manejar las herramientas y los procesos más recientes, lo que se traduce en una mayor calidad y en la preservación de las historias en las fotografías», comenta.
Aunque el negocio comenzó con estudios en Juliaca, Cusco y Puno, Marión ha unificado, de manera estratégica, las operaciones en Arequipa. Esta concentración de recursos y servicios en un solo lugar permitió a Sandy Color ofrecer un nivel más alto de especialización y atención al cliente, optimizando así su eficiencia.
EMPRENDIMIENTO FAMILIAR
Marión Torres Quispe ha logrado mantener y revitalizar Sandy Color a lo largo de las décadas. Su habilidad para combinar la tradición con la tecnología moderna asegura que la empresa siga siendo relevante y competitiva en el mercado actual. Tiene siempre presente la figura de su madre Gladys, como mujer incansable y la sabiduría de su abuelo de nunca ser pesimista. «Hizo muchas cosas increíbles sin tener un sol, a punta de constancia y dedicación», refiere al citar también a su padre Mario y su hermana Gladys. «El espíritu de emprendimiento lo tenemos de familia», sentencia.